Prólogo del Padre Gustavo Jamut

 “Cuando Carla me pidió escribir un prólogo a éste su libro –que fue escrito orando experiencias de vida–, me pregunté ¿qué puedo yo agregar, siendo que cada capítulo del libro tiene una claridad impresionante? Y creo que casi al instante sentí la respuesta relacionada con los temas de la luz y la esperanza. Tal vez porque la manera que Carla tiene de adentrarse en situaciones tan oscuras y dolorosas de la vida humana, es como un rayo de luz que al amanecer se va abriendo camino lentamente, echando fuera las pesadas sombras y mostrando nuevos senderos por los cuales se puede avanzar, recuperando de este modo el sentido de la vida y la alegría profunda del corazón.

También al leer algunas de las páginas de este libro, venía a mí la imagen de que si lo lees orándolo con el corazón –como nos enseña la Reina de la Paz–, sentirás como una nueva bocanada de aire fresco y puro, que colmarán todo tu ser. Es que las “heridas de no ser” que algunos han tenido y otros aún arrastran desde el vientre materno, impiden que se respire profundamente, haciendo que en algunos momentos se tenga la sensación de ahogo, como si a uno le faltara el aire. Así como Dios sopló en el hombre aliento de vida (1), seguramente en algunos momentos de la lectura, también tú sentirás ese aliento de vida que Dios quiere poner en tus entrañas.

Además, en las páginas de este libro, iluminado por la Palabra de Vida, se entretejen las hebras de la ciencia y de la Espiritualidad, presentándonos así un hermoso tapiz que cada uno de nosotros puede ir tejiendo cada día, junto a Dios misericordioso y a una comunidad cristiana, que nos ayudará a sanar las heridas del alma y a crecer en la fe.

Otro hilo primordial, o eje transversal que recorre los capítulos de este libro es la presencia maternal, intercesora y sanadora de la Virgen María. Y en Ella, nuevamente se hace presente la imagen de la luz. Pues así como el Hijo de Dios nació de su seno purísimo, como un rayo de luz que atraviesa un cristal sin romperlo, de manera semejante la presencia maternal de María te acompañará a lo largo de la lectura de cada una de estas páginas, y te ayudará a formarte aún más en la sabiduría de la vida que viene de Dios, y a ser instrumento de sanación para otras personas, especialmente para los integrantes de tu familia que tienen mayor necesidad de Dios.

Le doy gracias a Dios y a la Virgen Santísima que llamaron a Carla y a su esposo Martín a formar parte de nuestra Comunidad Evangelizadora Mensajeros de la Paz; que Dios los bendiga a ellos –junto a sus hijas–, así como ellos son de bendición para muchos”.

(1) Referencia a Génesis 2:7.

Prólogo de la Dra. Martha Iglesia

“Agradezco a Carla el honor de expresar en unas líneas este mensaje a los lectores. En las páginas de este libro, cada palabra nace de la experiencia; y es un llamado a las “ciencias y a las conciencias”.

Este libro brota de la experiencia de transformación del dolor en el descubrimiento de lo más valioso: “el sentido de la vida, el sentido del sufrimiento, el sentido del amor...

Con esperanza, Carla transmite en este libro, que es posible aprender siempre, aún de la confusión y los errores; y encontrar aún allí, el valor sagrado de la vida, misteriosa y trascendente, valiosa e irrepetible. Este libro es un profundo llamado a “cuidar la vida” desde la concepción, y en cada una de sus etapas, día a día.”